Friday, October 17, 2014

UNA JOYA EN MIS CIGARROS

ADVERTENCIA: La advertencia sobre la que hablaré en el presente escrito de este blog, que no es esta advertencia sino otra advertencia sobre la que leerán un poco más adelante, puede resultar perturbadora para aquellas personas que tienen el desagradable hábito del cigarro (no sé si el cigarro tiene hábitos, pero así suele decir la gente: "el hábito del cigarro"...) y también puede resultar perturbadora para cualquier otra persona que lo lea, aunque no sea fumadora o fumador. Pero, reitero, no se trata de esta advertencia, sino de otra, que se muestra a continuación:



Pues sí, amigas y amigos, una vez hecha la advertencia pertinente, y mostrado la advertencia impertinente, les agradeceré que pongan atención al primer párrafo de esto que tan atinadamente nos informa la Secretaría de Salud: 

El Humo de Tabaco (con mayúsculas, porque "Humo de Tabaco" debe de ser el nombre propio de un malvado asesino) contiene más de 4000 sustancias químicas que te matan gravemente.


Es necesario puntualizar, damas y caballeros, que te mata gravemente. No te mata ligeramente. Ni tampoco te mata irrelevantemente. Te mata gra-ve-men-te. 

Uno puede enfermarse gravemente. 

Uno puede herir a otra persona, o ser herido, gravemente.

Pero siempre que una cosa o persona mata a alguien, puees... lo mata gravemente. Yo digo. 

Pero, yo podría estar mal, por supuesto. No soy experto ni en gramática, ni en ortografía (se nota), ni en la gravedad con la que te mata un cigarro.

Ojo, antes de continuar con esta disertación gramática, semántica, mamónica y musical, debo decirles que, pese a ser fumador desde hace muchos años, NO estoy en contra de esta campaña, ni de la inclusión de estas imágenes que, por Ley, hacen las compañías tabacaleras en los empaques de sus productos. Soy un fumador consciente de que se está haciendo daño y de que, en un tiempo cercano, debo dejar de fumar. Mi mente lo sabe, mi ánimo no. En esa lucha permanezco desde hace un tiempo, y algún lado saldrá victorioso. Lo sé. 

Sin embargo, pese a no estar del lado del cinismo 'humófilo' de quien supone que esas imágenes tan feas y las frases alarmistas que las acompañan, no deberían estar ahí, con esta advertencia en particular sí tengo un problema. Las imágenes de la campaña son lo que son, y las frases dicen lo que es: el cigarro sí mata. Mi problema es cuando lo hace gravemente...

Debe recordarse, claro está, que este gazapo no es el primero que ocurre en este tema de las imágenes y advertencias que aparecen en los productos del tabaco. Ya se dio el triste caso de que, una de esas imágenes, pertenece a una mujer que pasó por el terrible trance de sufrir un infarto. No sé si la señora fuma o ha fumado alguna vez en su vida. El caso es que... nadie le avisó que su imagen en una cama de hospital y llena de tubos, circularía por las manos de cientos de miles de fumadores de todo el país. 



Aquí, la nota al respecto, por si no se enteraron del caso.


¿A dónde voy con todo esto? A que, en ese caso, que probablemente sea mucho más grave que la estupidez de redacción que yo estoy señalando, se empezaron a aventar la bolita entre las tabacaleras y la Secretaría de Salud. "No, pus que las cigarreras tomaron la foto"... "No, pus que la Secretaría debió revisar el contenido a publicar". Sí, pus.

Ya saben, cosas que no pasan en México.

Y, sin embargo... sí quisiera saber quién fue el genio que redactó esa advertencia cajetillil. En serio. Si trabaja para una tabacalera... caray, una capacitadita sobre cómo toda cosa que mata a la gente es, por necesidad, grave, no estaría nada mal. 

Si lo redactó alguien de la Secretaría de Salud, él y el funcionario que aprobó el envío de la advertencia para su impresión, así como el funcionario que otorgó el visto bueno a la aprobación de dicho envío, y el funcionario que puso el sello de Consentimiento de la Instancia Superior -jefe del que dio el visto bueno y del que aprobó el envío- así como el funcionario que... bueno, todos ellos, merecen ser despedidos gravemente de su chamba. O bueno, tal vez despedidos levemente. O simpáticamente. O como adverbialmente gusten y manden. Pero despedidos.

Toda esta anécdota de letras y enfermedades, no hace más que recordarme aquel chiste del hipocondríaco que -en uno de sus escasos lapsos saludables- asentó como última voluntad que, llegada la hora que él tanto había anunciado a sus parientes y conocidos durante toda su vida, su lápida tuviera escrita la siguiente frase:   

LES DIJE QUE SÍ ERA GRAVE, PENDEJOS...



Actualización, dos horas después de publicada esta entrada: Lo del Polonio también está gacho.

1 comment:

Gjsuap said...

Verá usted: morir gravemente implica que borrarán tu recuerdo de las mentes de todos. Se difumará como el humo... Y eso pasa si eres fumador. Estoy seguro que si la Federación Mexicana de Colegios Profesionales de Ortografía y Gramática hubieran sancionado el texto primero...