El Horror

Pues, heme aquí: el hombre contra la hoja en blanco; el pintor de letras, frente al vacío 'inllenable' de lo que debe ser llenado. Y llenado bien, preferentemente.

"Hola, mi nombre es Emmanuel Lazos, y tengo un blog que no uso". Ese sería mi discurso de presentación en el hipotético grupo de apoyo, que algún lugar de mi mente ha elaborado como defensa propia ante la falta de atención que le prodigo a mi blog.

Ustedes tienen un blog. Yo tengo un blog. Y, bueno, no pretendo generalizar pero... quiero pensar que no todos lo usamos muy frecuentemente, ¿verdad? Díganme que no.

Los blogs son ese tipo de cosas en las que uno se mete, y luego no sabe muy bien por qué. Pero, después de meterse, uno ya es 'bloggero'.

Yo he identificado algunos tipos de bloggeros fácilmente clasificables, que me permito compartir con ustedes:

1. El bloggero que no lo es.- Aquel que registró un blog, puso una entrada de tres renglones, y lo abandonó para siempre. Sin embargo, si el tema llega a salir a flote en cualquier conversación, dice convencido: "¡Ah, sí! Yo tengo un blog..."

2. El bloggero ocasional.- En este rango entro yo. Es aquel que bloggea cada vez que algo se le atora en el gaznate, y no lo puede dejar atorado. Osea que su blog es su "caja de desahogos". Básicamente, es como un gato que acude a su caja de arena, y no come papaya. Osea, va muuuy de vez en cuando a dicha caja, y sólo cuando lo necesita de manera inaplazable.

3. El bloggero constante.- Este es el que tiene, cuando menos, una ligera idea de lo que significa el concepto "periodicidad". Busca (y logra) no fallar en alimentar su blog cuando menos una vez cada dos semanas. Sus entradas suelen tener coherencia, referencias entre sí, y hasta temáticas que pueden llegar a ser seriadas o consecutivas porque, precisamente, hay un trabajo continuo, y un seguimiento. Estos bloggeros inauguran la sección de los que, en esta clasificación, podríamos considerar como "realmente bloggeros"

4. El bloggero asiduo.- Este es aquel para quien el compromiso de bloggear es algo que tiene lugar, tiempo y peso específico en la vida real. Su blog constituye parte de su modo de vida, sabe conducirlo, alimentarlo y hasta explotarlo en su beneficio. Su contenido comienza a ser un referente, y su papel como divulgador de información o, hasta cierto punto, líder de algún segmento de lo que llamamos 'opinión' ya es comparable con el del articulista o columnista habitual de algún medio impreso.

5. El bloggero de tiempo completo o 'blogstar'.- Este sí ya es el consagrado, aquel que es mencionado en medios de comunicación, que mantiene un blog pulcro, siempre cambiante, y que, incluso, llega a tener personal asignado para ayudarle en la administración, alimentación y renovación del mismo. Es el que ha hecho del bloggeo un modo de vida, o algo muy cercano a ello.

Ahora, ¿por qué me metí a definir todo esto, siendo que yo estoy prácticamente al final del tracto intestinal del sistema blogger? (soy algo así como el colon sigmoideo del bloggerismo). Pues porque ahora, por un mes, debo llegar prácticamente al NIVEL 4 de la clasificación que acabo de arrojar ante sus ojos. El horror.

Si estuviera en la secundaria, les diría a mis amigos: "No, pus, fue culpa de ese güey..."

Y, acto seguido, señalaría esta foto:

Claro que, como esto no es la secundaria, diremos que fue mi buen amigo Gonzalo Suárez (ver foto) el que me metió en este brete, al que -debo decir- accedí con gusto y agradecimiento. (También chequen su Blog)

¿De qué brete hablo? Pues del #RetoBlog. Un grupo de personas con un blog en su haber de letras, decide conformar una archicofradía y escribir entradas en su blog, hasta colapsar los sistemas políticos y económicos establecidos, conquistar militarmente a las naciones predominantes e imponer un nuevo orden mundial.

O algo así.

Bueno, no, en realidad se trata de escribir una entrada en el blog, todos y cada uno de los días del mes en el que dicho reto se encuentra vigente, además de entrar al resto de los blogs participantes, y comentar en ellos.

¿Le suena atractivo el lúdico ejercicio? Sí, a mí también me sonó así...

Hasta ahora.

Hoy que me enfrasqué en el proceso de elaborar esta primera entrada, caigo en la cuenta de que estoy verdaderamente oxidado. Soy el que dejó su blog en el tapanco, el que le puso una sábana encima y lo olvidó por última vez hace algo así como 120 días, lo cual es un período francamente corto para el promedio de los 'períodos de olvido' que tiene como antecedente este blog.

Y entonces, como lo dije al principio, heme aquí, frente a espacios virtuales en blanco, treinta de ellos para ser exacto. El horror. El horror del bloggero 'fase dos'.

A todos los participantes de este #RetoBlog, bienvenidos. Y, a todo aquel que tropiece con estas letras, gracias por leer.